¿Es posible medir la Reputación Corporativa en mi Empresa?
Tal y como lo mencionamos, la
reputación corporativa en una empresa, se define como la opinión o el criterio
que se percibe de la imagen, marca y trascendencia de una compañía ante los
diferentes grupos de interés (Stakeholders) con los que ésta interactúa, se
relaciona y se comunica. De ésta forma, la reputación corporativa se convierte
en uno de los activos más importantes que tiene la empresa, siendo un factor
determinante en el crecimiento sostenible de la misma y por lo tanto, un
proceso que no puede abordarse de forma improvisada dentro de la compañía. Warren
Buffett dijo: “Toma 20 años construir una reputación y sólo cinco minutos
arruinarla”.
Conscientes de la importancia que reviste el adecuado manejo
de la reputación corporativa en las empresas, surge la pregunta: ¿Existe una
forma efectiva de medir o cuantificar el buen desempeño de la reputación
corporativa en la compañía?
Antes de responder a esa pregunta, debemos partir del hecho
de que la reputación corporativa no es un proceso sencillo ni de resultados
inmediatos. De igual forma que la imagen
de una persona o un profesional se construye a lo largo de muchos años de
excelente desempeño y un adecuado comportamiento ético, moral y legal, la
reputación corporativa de una empresa es el resultado de una minuciosa
planificación, en la cual todos los colaboradores de ésta, así como los
diferentes departamentos empresariales que la componen, son partícipes y a la
vez pilares fundamentales sobre los cuales empieza a construirse una adecuada
reputación, la cual llegará a consolidarse solo con el paso de los años. En palabras de Barnett, “la reputación de una
empresa es la opinión colectiva de una compañía de acuerdo con un observador
basándose en una valoración de los impactos financieros, sociales y
medioambientales atribuidos a la corporación a lo largo del tiempo”.
Desde ésta perspectiva, la reputación corporativa no debe
plantearse como una inversión per sé que nos generará una rentabilidad
determinada en un tiempo breve y desde ahí pretender medir sus alcances
comerciales. Así las cosas, las empresas
deben empezar a entender la reputación corporativa como una proyección a largo
plazo, la cual, de gestionarse adecuadamente, le permitirá consolidar su marca
e imagen en el tiempo, trayendo una serie de beneficios futuros, los cuales son
casi imposibles de cuantificar o analizar desde una óptica de rentabilidad a
cortoplacista. No obstante; haciendo
alusión a la frase de Peter Druker “Lo que no se puede medir, no se puede mejorar”
investigadores y profesionales coinciden en la importancia de desarrollar un
modelo de medición que les permita monitorear, si efectivamente, las
estrategias que desarrollan las empresas, tendientes a mejorar su reputación
corporativa, están siendo correctamente aplicadas, logrando los resultados
esperados en la percepción de los diferentes grupos que interactúan con ellas.
Actualmente existen diversas empresas las cuales se dedican
exclusivamente a establecer éstos parámetros de medición, obteniendo resultados
cualitativos y algunas veces cuantitativos sobre la correcta aplicación de la
reputación corporativa en una compañía, sin embargo; y a pesar de los datos
“exactos” que éste tipo de métricas pueda aportar, sigue resultando difícil la
medición de éstos procesos.
Pese a ésta dificultad, existen una serie de parámetros
básicos que toda empresa debería considerar si desea en algún momento empezar a
medir o evaluar correctamente el impacto que las políticas de reputación
corporativa están teniendo sobre sus stakeholders, por ejemplo:
- Percepción sobre la calidad de los productos o servicios que ofrece la empresa, así como los diferentes procesos que emplea para su elaboración (contaminantes, impacto ecológico, sobre explotación laboral, maltrato animal, etc.) como parte de la generación de confianza y credibilidad que inspira la compañía hacia los diversos grupos con los cuales interactúa.
- Perspectivas de solvencia, estabilidad y crecimiento financiero de las empresas.
- Análisis de las condiciones mínimas de trabajo de sus colaboradores, prestaciones legales, incentivos, así como aspectos relacionados con el clima organizacional de la compañía y finalmente, medir el grado de compromiso y pertenencia de dichos colaboradores con su empresa.
- Posicionamiento de la marca de la empresa dentro de su entorno social y cultural.
- Percepción de la calidad del servicio al cliente (experiencias reales de servicio)
- Procesos de innovación en el desarrollo y mejora de los productos y servicios de la compañía.
- Desarrollo, implementación y correcta divulgación de un adecuado programa de responsabilidad social en la empresa.
Éstos son solo algunos parámetros básicos que deberían ser
considerados dentro de un proceso de medición que pretenda cuantificar los
alcances de una adecuada reputación corporativa en las empresas, no obstante;
dadas la diversidad de opiniones que los diferentes stakeholders puedan tener
con respecto a su definición de reputación corporativa, y a lo complejo que es
su monitoreo, lo mejor que pueden hacer las empresas actualmente es velar de
forma conjunta y sistemática por mantener adecuadamente gestionados los
diferentes aspectos que van tejiendo unidos entre sí éste intrincado pero vital
proceso llamado reputación corporativa, la cual, de gestionarse adecuadamente
consolidará en el largo plazo a la empresa ante su mercado meta dotándola de la
confianza, el prestigio y el respaldo que solo el tiempo y las acciones
correctas construyen.
José Angel Muñoz
Trainer, Consultor & Conferencista Internacional
Director Marketips Training Costa Rica.
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