¡GÁNESE EL RESPETO DE QUIENES LO RODEAN!



Cuando está en una posición de liderazgo, es indispensable y hasta cierto punto obligatorio ganarse el respeto de las personas que le rodean. Algunos de ellos trabajarán profesionalmente junto a usted y serán parte de su equipo, pero algunos otros son parte de su familia o de su entorno personal. Ganarse el respeto, no es un asunto que se da por sí solo, es necesario trabajar en ello todo el tiempo, para que pueda ganárselo. Para ello hay que romper con algunos mitos con respecto al concepto que tenemos del significado de liderazgo para que pueda disponerse a realizar un modelo de actuación que convenza y logre atrapar el objetivo.

Algunos mitos que prevalecen hasta nuestros días son:

  1. El mito de la posición. «¡No puedo dirigir si no estoy en la cima!»: Usted debe estar consciente de que el puesto que tenga y el cargo que represente no le dará una posición de liderazgo. Podrá ser el jefe, el gerente o el director, etc., pero la nomenclatura de su posición nada tiene que ver con que se le otorgue el privilegio de ser líder. El liderazgo como lo he dicho tantas veces, no es un asunto de POSICIÓN, sino de DISPOSICIÓN a SERVIR en un altísimo nivel a quienes les rodean.
  2. El mito del destino. «¡Cuando llegue a la cima, comenzaré a dirigir!»: Nada más falso que esto. Usted no comenzará a dirigir a nadie hasta que llegue al puesto más alto en la empresa. Usted, debe prepararse para dirigir desde la posición en que se encuentra. Lo digo claramente. Si es de los que necesitan ampararse en el poder que le confiere el cargo para comenzar a dirigir, jamás llegará a hacerlo de la manera correcta.
  3. El mito de la Influencia. «¡Si tuviera influencia, la gente me seguiría!»: La influencia personal no la confiere la posición, sino el trabajo correcto, desempeñado durante todo el tiempo. Usted ganará influencia si se convierte en un modelo de actuación congruente. La influencia se gana día tras día y no cuando asume una nueva responsabilidad.
  4. El mito de la inexperiencia. «¡Cuando esté en la cima, tendré el control!»: Entre más alto el avance y entre más grande sea la organización, usted se dará cuenta de que mayor será la cantidad de factores que controlan la organización. Cuando esté en la cima, va a requerir de toda la influencia posible que pueda proveerse, pues su posición no le dará un control total ni tampoco protección.
    Lic. Jorge Arias
  5. El mito de la libertad. «¡Cuando esté en la cima, no tendré más límites!»: Al ir escalando posiciones se dará cuenta que la cantidad de responsabilidad que conlleva aumenta más rápido que la cantidad de autoridad que usted recibe. Estar el la cima requiere de un alto nivel de influencia, porque le guste o no, sus colaboradores esperan un modelo de actuación congruente a quien puedan seguir.
  6. El mito del potencial. ¡No puedo alcanzar mi potencial si no estoy en la cima!: Las personas deberían esforzarse en ser los mejores en su vida y no en su organización. El buen líder no necesita estar en la cima para demostrar que es excelente. Dondequiera que se encuentre, demostrará que tiene la influencia suficiente para manejar y controlar el barco a través de cualquier turbulencia. Anticípese a convertirse en ese modelo de actuación antes de que se le otorgue tamaña responsabilidad. ¡Ayudando a otros, puede usted ayudarse a sí mismo!

Además, puede que tu equipo admire tu inteligencia, tus hábitos laborales y hasta tu capacidad para lograr acuerdos, pero el verdadero respeto es mucho más que eso, tiene que proponerse vencer éstos mitos y disponerse a ejercer influencia de una manera congruente, es decir, con ¡HECHOS!

Si logra ganarse su admiración como persona, entonces habrás ganado. Aquí hay algunos consejos para lograrlo:

  1. Sé congruente: Aprenda a dirigirse excepcionalmente bien si quiere avanzar. Ello implica un gran trabajo interno. Tiene que ver con aprender a comportarse correctamente y de manera permanente todo el tiempo. Tiene que disponerse a manejar ciertos factores que le permitirán alcanzar un alto grado de influencia, tales como:
  • Manejo adecuado de sus emociones. Aquí comienza todo, pues sus emociones son el detonador principal de su comportamiento.
  • Administre su tiempo. No se trata de tiempo la vida sino de resultados. No todo es lo profesional, su vida personal también requiere de ser administrada correctamente.
  • Aprenda a manejar sus prioridades. ¿A qué le da prioridad en su vida? ¿Todo es negocio? Jamás alguien en el lecho de muerte ha dicho que le gustaría vivir más tiempo para regresar a la oficina a terminar pendientes. ¡Su familia también importa, usted también importa a otros!
  • Administre su energía. No se acabe el vehículo (su mente o su cuerpo) corriendo rápido y sin sentido. Adminístrese correctamente porque la vida se nos escapa sin darnos cuenta.
  • Administre sus pensamientos. Sin duda, somos lo que pensamos y de la calidad de nuestros pensamientos es la calidad de nuestras palabras y de nuestras acciones. Sea positivo, alimente su carácter decretando con fe que puede desplegar cada día todo su potencial para servir y tocar la vida de los demás de manera positiva. Es así como se influencia a otros a alcanzar grandes resultados.

  • Controle sus palabras: Evite ser grosero. Hablar mal en todo momento, hablar mal de otros -y más a sus espaldas- se puede convertir en el lastre más pesado para la organización y para su vida. Usted tiene, con sus palabras, la obligación de frenar las guerras de poder en la empresa, de unificar criterios para alinearlos a la visión y para detonar el entusiasmo. No tiene otro objetivo la comunicación adecuada, así que cuide escrupulosamente lo que dice a quienes le rodean si lo que busca es llegar lejos con ellos. Abra la puerta de la confianza con buenas y precisas palabras.
  • Administre su vida personal. No todo es comportamiento dentro de la empresa. Usted debe convertirse en un modelo de actuación dentro y fuera de la organización. El mundo entero le observa y sigue sus pasos. Si quiere ganar influencia y respeto, tiene que disponerse a hacer LO CORRECTO SIEMPRE. Punto.
  1. Sea amable: Sea educado con todas las personas que encuentre en su día. Es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente cuando la cosas no van bien. Pero recuerde que si usted quiere que le traten con respeto, los demás también. Trate a los demás como usted quiere que le traten, es la regla.
  2. ESCUCHAR Y ESCUCHAR. Los mejores comunicadores no son los que más hablan, sino los que mejor escuchan. Dispóngase a aceptar a la mejor idea, desde donde ésta surja y hágase el compromiso de ponerla en acción. De hecho, siempre hay una persona en su entorno que puede ser su siguiente maestro.
  3. Adiós a las excusas: Sus acciones están basadas en sus elecciones, y a menos que se dé una circunstancia extraordinaria, no hay excusa que valga. Sea dueño de tus acciones, acepte sus errores y en lugar de torturarse con ellos, busque oportunidades para demostrar que ha aprendido de ellos.
  4. Abandónese al cambio: Si de avanzar se trata, entonces deje de aferrarse a lo conocido. Llegó el momento de abrazar al cambio. Dese cuenta de que los procesos de evolución comienzan en el interior de cada persona. Decídase a crecer como persona y alcance el honor de convertirse en un líder para los demás. Ya no son tiempos de puertas abiertas, sino de mentes abiertas, así que no tiene opción más que ir en la sintonía del crecimiento.

Espero que estos conceptos le puedan hacer reflexionar sobre su modelo de actuación actual. Usted puede ir más lejos de lo que piensa si se dispone a hacer lo correcto. Ahora la elección está de su lado.

Si requiere ayuda, como siempre en nuestra firma podemos apoyarle para éste propósito.
Lic. Jorge A. Arias Romero.



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