EL IMPACTO DE LAS CERTIFICACIONES EN LA GESTIÓN DE CALIDAD
Desde hace muchos años el término
“certificación” cobrado mucha importancia en el mundo empresarial, algunos
aseguran incluso que estamos en la “era de las certificaciones” y para algunos
más, el tema de la certificación sugiere que es un alto costo que solo pueden
pagar las grandes empresas, es por ello que hoy hablaremos en primer lugar de
que SI es “certificación”, después revisaremos como es un proceso de
certificación, que es factible certificar y por último como las pymes pueden
aprovechar estos procesos para mejorar y crecer en el mercado.
Comencemos entonces por tener claro
que SI es CERTIFICACIÓN, la certificación es un proceso mediante el cual un organismo
de tercera parte (es decir, sin conflicto de intereses con el ente a
certificar) otorga un documento que garantiza que la empresa, el producto o la
persona cumplen con los estándares de calidad descritos en una norma, toda vez
que quien se va a certificar comprueba con evidencias el cumplimiento de esos
estándares. Con lo anterior, podemos tener claro que una constancia de que
tomamos un curso NO es una certificación.
Bajo este concepto se pueden
certificar los procesos de gestión de calidad de empresas o instituciones, los
productos y las personas. Si revisamos un poquito de historia, ante el
creciente desarrollo de los mercados y las exigencias de la globalización se
hizo necesario que la calidad se garantizará y que este documento (certificado)
lo expidiera un organismo reconocido en el mercado, surgen así las primeras
certificaciones de productos y los primeros organismos de certificación, cuya
labor era reconocer a través del certificado que un producto contaba con los
estándares de calidad que el mercado requería. Posteriormente, se hace
necesario no solo certificar al producto sino también los procesos que permiten
que esos productos sean una realidad y lleguen al mercado en condiciones
óptimas, surge entonces la certificación de los procesos siendo de las más
conocidas la certificación ISO9000. Estos procesos de certificación de procesos
tenían su fundamento en la mejora continua, que no siempre fue entendida por
las empresas y obtener el certificado se convirtió en el fin último, esto trajo
como resultado que no se construyeran bases sólidas que permitieran consolidar
los sistemas de gestión y asumir la mejora continua como pilar de la calidad.
Seguro estarás pensando y las
personas?... Bien hecho!!!!. Las personas juegan un papel de vital importancia
para lograr la calidad de los productos y de los procesos, por ello es
sumamente indispensable que se certifiquen, que se reconozcan sus competencias,
que existan estándares de calidad de lo que una persona debe cumplir para
desempeñar una función productiva, es así, que surgen los sistemas de
certificación de personas, basados en la certificación de sus competencias a
partir de estándares o normas de calidad que describen lo que una persona debe
saber y saber hacer al desempeñar una actividad productiva.
En cualquier tipo de certificación, ya
sea de productos, de procesos o de personas se debe llevar un proceso que
inicia con tener un estándar o norma de referencia que establece cuáles son los
elementos mínimos que debe reunir quién o qué se va a certificar, deben existir
organismos de tercera parte que son los encargados de verificar que se cumplan
dichos estándares y emitir el certificado que garantiza ante el mercado la
calidad de los productos, los procesos y las personas. Si contamos con estos
elementos es posible la certificación, pero lo que hará la certificación una
realidad es la voluntad de alguien de obtener este documento.
Todos los procesos de certificación
con voluntarios y tienen como fin garantizar al mercado que se cumple con los
estándares de calidad. Por supuesto, que quienes marcan el ritmo son las
grandes empresas, que inician por certificarse ellos y después pedirlo como
requisito a sus proveedores para garantizar la calidad en toda la cadena
productiva. Por supuesto que estos procesos de certificación tienen un costo
que para las pymes puede ser oneroso y por ello pareciera que está dirigido a
las grandes.
¿Qué impacto tiene para las pymes
participar en procesos de certificación?
Revisemos como a una micro, pequeña o
mediana empresa le puede ayudar un proceso de certificación, ya sea para sus
procesos, sus productos o su personal.
Si las pymes certifican sus productos
se pueden convertir en proveedores de grandes empresas para quienes los
estándares de calidad que deben cumplir los productos que consumen o que
comercializan es el primer requisito para poder pertenecer a sus selectos
grupos de proveedores. Contar con una certificación de productos representa
poder incursionar en nuevos mercados, por supuesto que esto debe ser parte de
un plan de crecimiento de la empresa, para que así el costo no se vea como un
gasto sino como una inversión.
Si se decide certificar los procesos,
es importante que se haga una revisión de que cosas se pueden simplificar antes
de entrar a un proceso de estandarización certificado, de manera que el proceso
que se certifique sea óptimo y acorde a las características de la empresa. Otra
recomendación es que se vea el proceso de certificación como un medio para
mejorar la operación y no como un fin en si mismo, lo enriquecedor de estos
procesos es el proceso de mejora continua con la participación de todos los
participantes en la empresa, que cuando con pymes esta participación es más
cercana y con mayor eco porque los niveles jerárquicos están mas cercanos a la
alta dirección. Aunque el costo de lograr esta certificación pudiera ser alto
para la pyme, al analizar el costo beneficio es definitivamente positivo el
resultado, ya que una adecuada estandarización elimina mermas, desperdicios,
reprocesos, retrabajos, duplicidad de funciones, ausencia de responsables y
otros costos que definitivamente le pegan a la empresa en sus utilidades.
Certificar a las personas que
colaboran en las pymes es un tema delicado, cuando tenemos oportunidad de
platicar con empresarios sobre esta opción, la respuesta automática es “los
certifico y se van”, debido a los problemas de rotación que muchas veces se da
en las empresas de menor tamaño, pero este problema no se da por la
certificación sino por la mala selección, la falta de capacitación y
desarrollo, los no controles, la mala comunicación e incluso los esquemas de
remuneración e incentivos. Certificar a una persona como un acto aislado
definitivamente no le dará los mejores resultados, pero hacerlo como parte de
un plan es la mejor inversión que un empresario puede hacer.
Conclusiones finales:
- No certificar por certificar: hacerlo debe ser parte de un plan superior en donde la certificación sea un medio para alcanzar objetivos mayores.
- Hacer de la certificación un estilo de vida.
- Considerar la mejora continua como pilar de los procesos de calidad a partir de la decisión de la certificación.
- Para lograr mejores resultados es importante que la certificación se de en los procesos, en los productos y en las personas, a través de un plan integral.
- La certificación puede ser para las pymes la mejor inversión, pero es necesario hacer un análisis costo beneficio y un plan de crecimiento en donde se aprovechen estos procesos.
- El proceso verdaderamente enriquecedor es el que lleva a la certificación, la certificación se da por añadidura.
- Hay que documentarse antes de iniciar, ya sea de forma personal asistiendo a pláticas o con apoyo de un especialista.
La certificación no es el final del
camino… sino una forma de recorrerlo. Disfruta cada paso del camino, vive cada
momento, reconoce cada experiencia de ese andar y al final… el esfuerzo se verá
recompensando.
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