Desarrollo Sostenible Empresarial
Estamos
viviendo la era del desarrollo sostenible, sin duda. Y vaya que es necesaria.
Hasta el año 1750 aproximadamente el planeta tenía una población más o menos
constante de 100 millones de habitantes. A partir de los primeros esfuerzos de
la revolución industrial para 1850 la población llegaba a 1000 millones. El
siglo XX marcó una gran diferencia no solo en un crecimiento sin precedentes en
población sino también en el estilo de vida del hombre, los modelos de
producción y de consumo, caracterizados por un modelo lineal no sostenible en
un planeta con recursos finitos. En el aspecto social, el siglo XX también
estuvo caracterizado por clases sociales polarizadas donde la concentración de
riqueza está en unos pocos, generando índices alarmantes de inequidad.
En
un mundo donde su población crece de forma exponencial, la presión sobre los
recursos naturales es sin precedentes. Los efectos del cambio climático se
acentúan y los pobres son los más vulnerables, condenándolos a mantener el
ciclo de pobreza. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) es la agenda planetaria
al 2030 más importante en la actualidad.
Se propone un modelo distinto de generar desarrollo que promueva
bienestar para las Personas, Planeta, que genere Rentabilidad, Paz y Alianzas
Estratégicas.
Como
efecto paralelo, las organizaciones de la sociedad civil (universidades,
gremios, comunidad, grupos ambientales, medios de comunicación, ONG, etc.) han
aumentado su influencia sobre la sociedad. Este escenario crea una complejidad
dinámica entre el gobierno, la sociedad y las empresas, donde se requiere que
se trabaje en conjunto de manera proactiva en beneficio del bien común. Es por
esto que las empresas tienen en la actualidad un rol más protagónico que en el
pasado. Sus actividades y decisiones tienen un impacto económico, social y
ambiental tanto en escalas locales como global. Las empresas que quieran
mantenerse en el mercado y ser competitivas tienen la responsabilidad de
enmarcarse bajo parámetros de producción responsable y principios de desarrollo
sustentable.
Bajo
este modelo de desarrollo empresarial en la era del desarrollo sostenible, la
sociedad civil espera que las organizaciones se preocupen además de generar
riquezas y beneficios (modelo de visión cortoplacista de Friedman, 1970), de
crear valor, de basar su crecimiento en comportamiento ético y de que
internalicen responsablemente las externalidades de sus decisiones.
La
Responsabilidad Social Empresarial nace como un modelo de gestión voluntaria alineada
con la visión, misión, objetivos y estrategia de la organización, con
resultados de corto, mediano y largo plazo, creando valor no solo para ella sino
para sus grupos de interés a quienes se debe la empresa: gobierno,
colaboradores, proveedores, clientes, comunidades, etc. Crea un ambiente
favorable para el desarrollo integral de la organización basado en tres ejes de
acción: económico, social y ambiental.
Esto se conoce como triple resultado.
Bianca Dager |
Si
bien la RSE es un buen camino, no es suficiente. Para generar verdaderos
cambios, el sector empresarial debe, desde el corazón y esencia de su modelo de
negocio internalizar la sostenibilidad como eje central. Esto no solo es bueno
para el planeta sino para la sobrevivencia. La economía poco a poco se va
tornado, por necesidad propia, así como por la demanda de los consumidores
hacia una economía circular en donde el primer paso es cuestionar realmente la
necesidad de adquirir un producto o bien específico; al ser positiva la
respuesta, el siguiente paso es seleccionar en función de sus característica.
¿Es la materia prima de bajo impacto ambiental? ¿Cuál es la historia detrás de
este producto? ¿Por quién es y cuáles son las condiciones bajo las cuales
fueron elaboradas? ¿Qué pasa una vez que ya no necesito este producto? ¿Cómo le
afecta al planeta? ¿Me hace bien o atenta contra mi salud y la de mi familia?
Las
empresas de impacto positivo social y ambiental son las de mayor crecimiento en
el mundo. Esta tendencia no tiene marcha atrás. Adaptarse es cuestión de
sobrevivencia.
Bianca Dager
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