Empoderamiento organizacional
El empoderamiento organizacional
consiste en una estrategia de empresa donde cada individuo sin importar el
nivel en la organización, es incluido en un plan estratégico de empoderamiento
para que la organización se vea beneficiada de toda la capacidad creadora y
entrega de cada uno de sus miembros.
Cuando una persona, sin importar el
cargo, logra el empoderamiento dentro de la organización, inmediatamente se
detonan muchas capacidades y cualidades que despliegan solo los miembros que
desarrollan un alto sentido de pertenencia para la empresa que representan.
Lograr el empoderamiento
organizacional no es una ficción, definitivamente cualquier empresa bien
orientada y con un plan estratégico al respecto podrá lograrlo en un nivel
relativamente aceptable, ya que es
normal que al ejecutar un proyecto como este, quizás hayan personas que
lo harán en un nivel superior y quizás otros no logren asimilar la totalidad
del proceso o la totalidad del compromiso, es por ello, previo a realizar un
programa de empoderamiento organizacional, mi recomendación es que se pueda
ejecutar con los líderes un programa de empoderamiento personal y profesional,
de manera que sean ellos los que desarrollen la capacidad de ejecutar el plan
organizacional personalmente y en cada una de sus áreas.
Entonces, para hablar de
empoderamiento personal, primero hablaremos de AUTO LIDERAZGO, que es la
capacidad de liderarse a sí mismo. Si un líder quiere tener seguidores con la
capacidad de auto liderarse, debe tratar de que éstos asuman cada vez más
responsabilidad y autonomía en la toma de decisiones. Una manera de lograrlo es
permitir a las personas que descubran sus propias respuestas, propongan
alternativas de solución a los problemas y estén capacitadas para resolverlos
sin consultar.
Esto sin duda, marca también el primer
avance hacia el empoderamiento profesional, que es nada más la capacidad de las
personas de adaptarse al puesto de trabajo, aprovechando todas las áreas de
acción del mismo y comprometiéndose con los resultados.
¿Cómo podemos avanzar al
empoderamiento profesional?
Lo primero sería evaluar las
competencias del puesto; una persona no se puede liderar a si misma ni alcanzar
el empoderamiento profesional si no tiene claras las competencias profesionales
que requiere su puesto. En este sentido, es también importante que el líder
defina claramente las competencias importantes del puesto de cada uno de sus
liderados.
En segundo lugar, es de suma
importancia Hacer Coaching; el líder debe aceptar la ayuda de un coach
especializado que pueda ayudarle alcanzar ese empoderamiento a su puesto, el
coaching puede ser interno de una persona con mayor antigüedad y experiencia
dentro de la compañía, o en su defecto por un experto externo. De la misma
forma, este líder deberá hacer un plan de entrenamiento para sus seguidores,
definiendo los objetivos. Lo ideal es que los seguidores se desempeñen con un
alto nivel de autonomía.
Por último, retroalimentar en función
al desarrollo alcanzado; implica un cambio de conducta, el líder en este caso,
debe mostrar lo que el proceso de coaching está logrando en él. Con esto
conseguiremos que el seguidor sea responsable y autónomo. Aunque casi siempre
realizara consultas de determinados problemas que él mismo podría darles
solución, pero debe considerarse normal, desde el punto de vista que el
subalterno está buscando disminuir el riesgo de sus decisiones. Aquí el Líder
puede devolver al subalterno esa inquietud y apoyarle a que tome el riesgo para
ir logrando su independencia, aunque al inicio el riesgo sea compartido.
Lic. Hector Ayala |
Lo anterior no será posible en
aquellos líderes que están acostumbrados a resolver los problemas, delegar esa
toma de decisión y el riesgo que implica le hará sentir incomodo, pero, en
síntesis, si no se practica este tipo de delegación, no será posible alcanzar
en ninguna medida el empoderamiento profesional de cada uno de los subalternos
y con ello, el camino al empoderamiento institucional estará más distante.
Este empoderamiento se traslada
siempre a los clientes, y estos lo perciben como un bienestar en la consecución
de los servicios o productos que brinda la empresa, porque sin importar los
procesos y los reglamentos que los empleados deban cumplir para procesar
cualquier petición del cliente, este empleado empoderado hará que el cliente no
sienta ninguna transacción como un proceso lento y cargado de inconvenientes,
cada colaborador se esmera por proyectar lo mejor de la compañía y el cliente
lo percibe llenándose de satisfacción en su experiencia con la compra
provocando el deseo de volver con la empresa por lo que proyectan sus empleados
y hasta recomendarnos por una experiencia agradable y satisfactoria en la
prestación del servicio. A esta conectividad se le conoce como inteligencia
emocional hacia nuestro mercado. Y en efecto, un empleado que lejos de quejarse
de la empresa, la representa con orgullo, traslada un mensaje positivo cargado
de emociones a los clientes.
En conclusión, el empoderamiento
institucional debería ser la aspiración de todas las empresas por las ventajas
que representa para la organización y para cada uno de sus integrantes, los líderes
deben comprender que mientras menos consulten los subalternos sobre temas que ellos
pueden resolver, entonces la gerencia tendrá más tiempo para hacer mejor su
trabajo y ser más creativos en la búsqueda de nuevos negocios o en la
consecución de estrategias más sólidas para el futuro. Lograrlo no es fácil; El
líder tiene que dejar de ser el “héroe”, el que tiene todo el poder y las
ideas.
Para el subalterno tampoco es fácil;
ya que tiene que asumir más responsabilidad en el trabajo y obviamente, también
de los posibles fracasos. Cuando el líder da las ideas y decisiones, el subalterno
sólo se limita a ejecutar su trabajo sin mayor responsabilidad. Pero cuando el
líder, logra que su subalterno tome propiedad de las ideas y las ejecute, logra
ese empoderamiento que lo hace responsable directo de sus resultados sean estos
buenos o malos.
Héctor Ayala
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