EARTH DAY PIDE ACCIONES CONCRETAS

 


Denominado Día de la Tierra (Earth Day), este 22 de abril destaca la necesidad de más reflexiones y acciones concretas en el cuidado del planeta. La fecha, que conmemora el aniversario del movimiento ecologista moderno en la década de 1970, es también un llamado al mundo empresarial para que implemente iniciativas.

El Earth Day nació de la percepción de que los estadounidenses consumían grandes cantidades de gas con plomo a través de vehículos ineficientes, mientras que la industria arrojaba humo y lodo sin tener en cuenta las regulaciones o leyes.

Esta realidad dejó infeliz al senador Gaylord Nelson, al igual que a otros que presenciaron, en 1969, la devastación causada por el derrame de petróleo en Santa Bárbara, California. De ahí, tras una serie de manifestaciones, surgió el Día de la Tierra, con millones de estadounidenses saliendo a las calles, parques y auditorios para protestar contra los impactos de la industria que dejó graves impactos en la salud humana. En 1990, el Día de la Tierra se volvió global, movilizando a 200 millones de personas en 141 países.

Con ello, se enumeran algunos temas, ya que hoy en día existe una creciente preocupación por tales realidades. Uno de ellos es el cambio climático. Según registros recientes de las Naciones Unidas (ONU), la Tierra está aproximadamente 1,1 °C más caliente que a fines del siglo XIX. Y las consecuencias de estos cambios requieren mayor atención, ya que incluyen intensas sequías, escasez de agua, inundaciones, aumento del nivel del mar, tormentas catastróficas, entre otras.

Durante mucho tiempo, se utilizaron fertilizantes sintéticos para aumentar el rendimiento de los cultivos. Sin embargo, dicho cultivo contribuye a la contaminación por nutrientes en lagos, ríos y ecosistemas costeros, especialmente cuando se relaciona con el uso excesivo de fósforo. Según los expertos, donde el uso ha sido elevado, la contaminación del agua ha provocado un proceso de eutrofización, lo que provoca la proliferación de algas nocivas y colabora con la pérdida de biodiversidad.

A su vez, un camino visto como positivo en las acciones contra el cambio climático es el bono de carbono, concepto nacido del Protocolo de Kioto, en 1997. El objetivo es la reducción de gases de efecto invernadero. Estos créditos son parte de un sistema que ayuda a los países que tienen metas para reducir la emisión de estos gases. En este mecanismo, por cada tonelada no emitida se forma un bono de carbono. Así, cuando un país logra reducir la emisión de esa tonelada, recibe un certificado emitido por el Mecanismo de Desarrollo Limpio, es decir, recibe los créditos que estarán disponibles.

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